Sunday, November 23, 2014

VIII- ¿Alguna vez has tenido miedo de algo?




La chica  Loucester se acercó. De su mejilla colgaba carne lacerada, mostrando un músculo rojo y blanco que se movía rítmicamente.

'Nos abandonaste', susurró. 'Nos abandonaste y dejaste que esto sucediera'.
'No', gimió Cream. El miedo la paralizaba completamente. 'Os lo dije, teníais que moveros'.
'Me abandonaste a MI. Nadie abandona a un Loucester'.

Cream gritó y se sentó, perdida en la oscuridad, esperando que la mano del fantasma la cogiera por el brazo en cualquier momento.

La voz de Roman, desde un lado de la tienda, la ayudó a darse cuenta de que estaba soñando,

'¿Estás bien?'
'Una pesadilla'.
'Vale'.

'Eso', pensó ella, 'vale'. Vale. Los muertos no vuelven, ¿verdad? Y si lo hicieran, la chica Loucester  no tenía ninguna razón para perseguir a Cream. No era culpa suya que hubiera muerto y se la hubieran comido las bestias.

Sonidos resbaladizos al otro lado de la fina pared de la tienda, algún animal se aproximaba. ¿Sería salvaje? ¿O tal vez fuera... el cadáver de una chica con media cara devorada?

Sin aliento, Cream se escondió bajo la manta sucia. Abuelita... ojalá pudiera llamarla. Abuelita sabía todo lo que se puede saber sobre los animales salvajes, y podía cuidarse de los fantasmas con su mente clara y su sonrisa fácil. '¿Volveré a verte, abuelita?', y trató de ahogar un gemido, pero no pudo.

Oyó al gigante moverse, y su voz sonó cerca ahora. Tan cerca que si alargaba la mano, podría tocarle.
'¿Seguro que estás bien? ¿Necesitas salir a me... orinar?'

Desde que los encontró, Dean y Seth había sido los parlanchines. No es que realmente hablaran mucho, pero por lo menos habían mantenido algo parecido a una relación con ella. El gigante no. Y Cream tenía la sensación de que no confiaba en ella, o que la veía como un problema.

Ahora estaba sentado en la oscuridad, inclinándose hacia ella, ofreciéndole todo lo que pensaba que ella podía necesitar. 'Ha comido,... lo mismo lo que necesita es salir al bosque'. Fantástico. Pero por lo menos lo estaba intentando.
'Lo siento', y la voz de Cream era tan fina que se inclinó más para escucharla. 'Estoy asustada'.
'¿De qué?'
Claro. Probablemente él nunca había tenido miedo de nada. Cómo iba él a entender lo que una niña de su tamaño y condición podía sentir. Mejor contestaba que estaba bien, e intentaba pasar la noche sin molestar a nadie y...

'¡De todo! De los animales salvajes, de la gente que atacó la caravana, de... ¡de los fantasmas!'
'Hey, shhh shhh, no llores'.
'Lo siento'.
'No digas lo siento, pero no tengas miedo', dijo la voz profunda en la oscuridad, ' no hay motivo para tener miedo'.
'¿Todo bien?', otro susurro. Seth estaba despierto también.
'Sí', contestó Roman, y se volvió hacia Cream. 'Escucha. Estoy aquí. Duerme sin miedo. Yo estoy aquí, no voy a moverme. Y créelo, si cualquier animal, hilly o fantasma se atreve a aparecer, va a sentirlo de verdad'.
Toooma. Cream sonrió. Sí, claro que lo creía.
'Gracias, me siento mucho mejor'.
'Estupendo'.

Cream permaneció allí tendida, sonriendo. Esperó a que el gigante regresara a su manta, pero él se hizo sitio y se quedó acostado a su lado. No olía exactamente a perfume. Sudor de caballo en el cuerpo de un hombre sucio. Sí, pero, de algún modo, olía a seguridad. Tal vez él no confiara en ella, pero ella confiaba en él.

Antes de darse cuenta, Cream se quedó dormida.



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